Adicciones y género: por qué los programas con este enfoque funcionan mejor

Adicciones y género

Los programas de rehabilitación de adicciones que tienen en cuenta el género específico de las personas que buscan tratamiento han demostrado ser más efectivos que aquellos que no lo hacen. Esto se debe a que los hombres y las mujeres pueden experimentar la adicción de manera distinta debido a las diferencias biológicas, psicológicas y sociales que existen entre los géneros. Por eso es tan interesante que los programas incluyan el enfoque de adicciones y género.

Género y adicciones: diferencias evidentes entre hombres y mujeres

Por ejemplo, las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar adicciones a ciertos tipos de drogas, como el alcohol y las drogas de prescripción (psicofármacos). Ellas son más vulnerables biológicamente a la hora de generar dependencia, por lo que pasan de forma rápida del consumo moderado al abusivo. A causa de ello, también pueden ser más propensas a recaídas después del tratamiento. Además, sufren más dificultades que los varones para solicitar ayuda terapéutica.

Los estudios también nos dicen que, una vez que han iniciado un tratamiento para la adicción a sustancias, la evolución terapéutica y la permanencia en el tratamiento suelen ser más complejas que la de los hombres. Sobre todo, ocurre porque suelen tener más responsabilidades familiares y sociales que los hombres, lo que puede dificultar su acceso al tratamiento y su capacidad para cumplir con los requisitos del programa. También hay que mencionar que, aunque cada vez se está poniendo mayor atención a la investigación y estudios en adicciones en mujeres e identidades no masculinas, la mayor parte de investigación, estudios y propuestas de prevención está basado en hábitos de consumo masculinos.

Por otro lado, los hombres pueden experimentar la adicción de manera diferente debido a los estereotipos de género que dictan que deben ser fuertes y autosuficientes. Debido a sus características biológicas y psicológicas responden también a patrones de consumo diferentes.

Por desgracia, los programas terapéuticos no han tenido suficientemente en cuenta estas diferencias. De este modo, podemos decir que la mayoría de los modelos terapéuticos vigentes fueron pensados, sobre todo, para hombres, y carecen de perspectiva de género.Sin embargo, hay que tener en cuenta que la terapia no funciona si no contempla todos los factores de la singularidad de una persona. El género es una parte fundamental en ella.


¿Por qué hay menos mujeres recibiendo tratamiento de adicción que hombres?

Esto manifiesta una desigualdad evidente contra las mujeres y otras formas de identidad no masculinas. Como sabemos, tratar por igual realidades diferentes es algo injusto y, en este sentido, ha habido un déficit evidente en cuanto a igualdad de género y adicciones. Mientras los hombres han recibido una ayuda psicoterapéutica a su medida, las mujeres han tenido que adaptarse a modelos androcéntricos de intervención.

De hecho, hay menos mujeres realizando tratamientos de adicción que hombres. En general, en una proporción de 20 % frente a 80 % en centros convencionales.

¿Hay menos adictas que adictos? No, para nada. La explicación la podemos relacionar con estos dos factores:

  • El silencio clínico en las mujeres es mucho más largo. Ser mujer y adicta implica cargar con un estigma social mucho más pesado que el que carga un hombre con su rol de género. Esto hace que las mujeres lleguen al tratamiento de adicción con más sentimiento de vergüenza, culpa, miedo, y desconfianza que los hombres.
  • La escasa identificación con el tratamiento se traslada en un abandono temprano. Una vez han aceptado la ayuda terapéutica, como es habitual que ingresen en programas diseñados con enfoque androcéntrico, no se sienten identificadas ni cómodas en comunidades con alta presencia masculina. Esto provoca que abandonen poco después también unido al sentimiento de estar descuidando responsabilidades asociadas a su rol como madre, esposa, hija…

Los programas de intervención social en adicciones e igualdad de género

Los programas que, como en Guadalsalus, tienen en cuenta esta perspectiva de género pueden adaptar su enfoque para abordar las necesidades específicas de cada persona, más allá de la diferencia binaria hombres-mujeres. En este sentido, hablamos por fin de programas de intervención social en adicciones e igualdad de género.

Esto puede incluir:

  • Recursos e itinerarios adaptados.
  • Enfoque de la terapia en las imágenes relacionadas con la construcción social del género que pueden haber contribuido a la adicción.

Este enfoque demuestra que la tasa de ocupación de mujeres aumenta con un programa especializado en sus necesidades. En Guadalsalus contamos con dos comunidades terapéuticas distintas, Instituto MIA, para mujeres y personas transgénero de orientación femenina, y nuestro centro de ingreso para hombres.La tasa de ocupación de mujeres está entre el 45 % y el 65 % en el global de nuestros centros. Recordemos, frente al 20 % de los programas habituales. Instituto MIA está al completo, con lista de espera.

¿Por qué ocurre esto en Guadalsalus?

  • Itinerario terapéutico de trabajo emocional. Es fundamental que sepamos cómo gestionar nuestras frustraciones y sufrimientos para lidiar con ellos durante la abstinencia. Si no lo hacemos, tendremos una recaída garantizada.
  • Grupos específicos de terapia y autoayuda por género, donde abordamos las diferencias y se les aportan herramientas específicas.
  • Comunidades terapéuticas diferenciadas por género. Nos permite abordar la adicción con un enfoque especializado, con menores distracciones y riesgos de relaciones de falso amor y una mayor confianza entre pacientes.
  • Recursos de apoyo y ayuda entre mujeres para superar dependencias emocionales, aprender a hacerse respetar, comunicar asertivamente, evitar manipulaciones, etc.
  • Se realizan solo para mujeres una serie de convivencias-talleres, donde se trabaja la autoestima, la autoimagen y, en definitiva, el empoderamiento que nos hace libres.
  • Los pacientes, por su parte, reciben talleres de educación afectiva y sexual para hombres, con el objetivo de vivir la relación de pareja y, en general, con las mujeres, con respeto y sin machismos heredados, aprendidos o incluso defendidos.

En general, los programas de adicción que se adaptan a las diferencias de género son, sin lugar a dudas, más efectivos para ayudar a las personas a superar su adicción y lograr una rehabilitación plena en un margen más reducido de recuperación a largo plazo.

En Guadalsalus tratamos la adicción con perspectiva de género en todos nuestros centros de desintoxicación en ingreso y de forma ambulatoria. Además, contamos con el primer centro de desintoxicación femenino abierto en España, Instituto MIA. Tenemos la tasa de rehabilitación más alta de Andalucía y estamos entre las cinco primeras de España. Llama a nuestro teléfono 954 353 954 y pide información. Nuestra primera cita es gratuita. En Guadalsalus sabemos cómo ayudarte.
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