¿Pueden generar los ansiolíticos una dependencia que vaya a más?
Cada vez hablamos más de enfermedades tan comunes como la ansiedad o la depresión. También de su tratamiento con fármacos. Pero ¿deberíamos preocuparnos por que la toma de ansiolíticos ocasione dependencia?
Los ansiolíticos son medicamentos recetados para tratar trastornos de ansiedad y otros problemas relacionados. Estos fármacos, conocidos como tranquilizantes, se prescriben para mejorar los síntomas de la ansiedad y la calidad de vida de las personas que los necesitan. Algunos de los más conocidos son el lorazepam, el diazepam o el alprazolam.
¿Los ansiolíticos crean dependencia?
Sí, pueden generar dependencia si su consumo se prolonga en el tiempo. Los ansiolíticos pertenecen al grupo de benzodiacepinas y con el tiempo pueden originar:
● Dependencia física. El cuerpo se acostumbra a la dosis del fármaco y demanda más para conseguir el mismo efecto.
● Dependencia psicológica. La persona experimenta ansiedad o malestar cuando se reduce o suspende su uso.
Pero hay que precisar que tomar ansiolíticos no implica que todas las personas en tratamiento desarrollen dependencia. Si la toma se hace bajo supervisión médica y seguimiento periódico, no suelen darse problemas. Sin embargo, conviene tener presentes algunas circunstancias que pueden relacionarse entre ansiolíticos y dependencia.
Factores de riesgo para desarrollar una dependencia a los ansiolíticos
Hay situaciones que pueden aumentar la probabilidad de generar dependencia y una futura adicción a los fármacos:
● Fácil acceso a medicamentos.
● Falta de información sobre efectos secundarios del abuso de fármacos y consecuencias para la salud.
● Entorno donde esté normalizado el consumo habitual de medicamentos o sustancias.
● Antecedentes familiares de abuso de medicamentos o adicciones.
● Enfermedades psiquiátricas previas.
● Abuso previo de medicamentos.
● Adición a otras sustancias, como el alcohol, las drogas o el tabaco.
Es necesario hacer todo lo posible para evitar la dependencia a los ansiolíticos. Esta situación puede conducir a un aumento en la dosis durante un tiempo prolongado, con un riesgo mayor para la salud y para el desarrollo de una adicción a los fármacos. En el caso de adicción, pausar el tratamiento puede provocar síntomas de abstinencia, como cualquier otra adicción (ansiedad, temblores, nerviosismo, insomnio…)...
¿Hay ansiolíticos que no crean dependencia?
No todos los ansiolíticos tienen el mismo potencial adictivo. Por ejemplo, las benzodiacepinas de acción corta tienden a ser más adictivas que las de acción larga. La razón está en que las primeras producen bienestar de forma más inmediata.
Si hay antecedentes en el abuso de fármacos, es importante informar al especialista médico de esta situación, además de seguir las indicaciones médicas y no tomar más dosis de la prescrita.
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