Pautas y consejos para la prevención de adicciones
Mientras que el consumo de alcohol y el tabaco se inicia generalmente a los 12-13 años, el de cannabis y cocaína no se hace esperar mucho. Comienza cada vez más pronto un significativo porcentaje de la población adolescente en el abuso del cannabis (13-14 años) y la cocaína (14-15 años) como sustancias más recurrentes.
Las adicciones pueden tener consecuencias graves en la salud física y mental de cualquier persona, pero especialmente de una persona en desarrollo físico y neuronal, por lo que debemos prestar atención preferente a la prevención de adicciones en adolescentes.
Recomendaciones para la prevención de adicciones
1. Educación, no solo información.
La prevención de adicciones debe comenzar desde edades tempranas, proporcionando no solo información, sino una educación sólida sobre drogas y sustancias adictivas, así como sus efectos en el cuerpo y la mente.
• Predicar con el ejemplo. Esa educación comienza por el ejemplo en el entorno familiar, donde se naturaliza el tabaquismo o el consumo cotidiano de alcohol, pero se extiende a todas las figuras de autoridad o modelos educativos en la infancia: maestros, monitores, mentores…
• La presión social. El inicio en el consumo no suele ser por el sabor de las sustancias, sino porque son un medio de socialización, integración en el grupo y desinhibición que recibe un amplio refuerzo social: «Tómate una cerveza conmigo, que ya tienes edad», «toma un cigarro, que ya eres un hombre», etc. En cambio, si discutimos los riesgos y las consecuencias del uso de drogas o alcohol y les proporcionamos técnicas para resistir la presión de los grupos sociales que fomentan el uso, obtendremos resultados más saludables.
• Conocer las consecuencias. Del mismo modo, entender las consecuencias legales, sociales y de salud del uso de drogas y alcohol es importante en la prevención de adicciones en adolescentes.
2. Pon nombre y remedio a los factores de riesgo
La identificación temprana de factores de riesgo para el desarrollo de adicciones puede ayudar a tomar medidas preventivas. Pero, ¿a qué nos referimos? A señales como patrones de consumo en el propio ambiente social, falta de asertividad en el modelo comunicativo, ansiedad, depresión, baja autoestima, dificultades cognitivas o emocionales…
De entre todas las medidas preventivas ante estos factores de riesgo, hay pocas tan eficaces como estas dos:
• El deporte. Iniciar a los adolescentes en la práctica de algún deporte que les guste y les motive. El deporte y las actividades físicas suele ser un buen recurso para motivar una conducta saludable, así como para proporcionar un ambiente social saludable.
• La gestión emocional. Identificar y gestionar las propias emociones, así como aprender y desarrollar habilidades sociales. Con frecuencia, los adolescentes que las poseen —entre ellas, una buena autoestima, una comunicación asertiva, un autoconcepto saludable, una baja necesidad de aprobación o refuerzo social, una adecuada tolerancia a la frustración, un buen control de la impulsividad— no van a necesitar del alcohol o consumo de sustancias para relacionarse de un modo más desinhibido, o depender de la acogida en sus redes sociales para sentirse aceptados. Tampoco encontrarán en el consumo de tóxicos o las nuevas tecnologías una salida equivocada a su soledad, frustración o falta de autoaceptación.
Si conoces a alguien que padece una adicción, lo mejor es buscar ayuda y tratamiento de forma inmediata. Nunca es tarde para empezar a vivir una vida más saludable y libre de adicciones.
En Guadalsalus tratamos la patología dual en todos nuestros centros de desintoxicación en ingreso y de forma ambulatoria. Contamos con un experimentado equipo psiquiátrico especializado en el tratamiento de adicciones. Llama a nuestro teléfono 954 353 954 y pide información. Nuestra primera cita es gratuita. En Guadalsalus sabemos cómo ayudarte.
